María Pilar Martínez Barca
Sucedió en Galilea, un hermoso crepúsculo.Comenzaba la sombra a oscurecer las aguasy se fueron marchando quienes, momentos antes,te escuchaban absortos.La luna iba surgiendo lentamente en el lago.Me quedé yo a tu vera, como el niño que temeapartarse un instante del regazo materno.Asomaba el cansancio a tu semblante.Yo fuera para ti, desde una luz antigua,esa eterna mujer a quien siempre tendistela mano y la esperanza:la niña entristecida,la enamorada esposa,o esa madre ya entrada en la estación del luto.