Adalberto Garcia de Mendoza
La contemplación del Universo también deleita lavisión del hombre; pero cuando a esta contemplaciónañadimos una concepción del mundo en quesentimos y comprendemos nuestra situación comohombres; logramos explicar y aún más, intuir, lo quesignifi ca ese universo en la creación bondadosa deDios; entonces nace el asombro y llégase a esa actitudbella y noble que Einstein relaciona con el espíritu dereligiosidad.-Dr. Adalberto García de Mendoza