Florentino Gómez Martín
Dirijo la vista al cielo, a toda velocidad. Mi pensamiento, habla con Dios y a la tierra vuelve a bajar. Con los adelantos, que el hombre tiene, al cielo no ha podido llegar. Aunque su alma llegue algún día, a liquidar cuentas con Dios, de las malas y buenas obras que en esta vida tenga ya. La alegría y la tristeza, que con nosotros está, todo se termina, con un suspiro y nada más. Llegará ese día que la luz se apagará, con un suspiro, llegaremos a la eternidad. Nuestro cuerpo no sube al cielo, no puede volar, somos de tierra y en polvo se convertirá. Las personas, buenas, en el cielo se verán. La luz de nuestros ojos se apagará. El resplandor del sol no lo veremos más. Todas las ilusiones, egoísmos y envidia en la tierra quedarán.Fragmento de puño y letra de mi padre,encontrado entre sus recuerdos personales.